Sin duda que la creación de la CELAC ha sido uno de los principales acontecimientos que tuvieron lugar en el plano regional en muchosaños. La sola idea de una organización que reúna a los países latinoamericanos y caribeños sin la asfixiante presencia de Estados Unidos y Canadá es una muy buena noticia y permite abrigar esperanzas de que la tradicional prepotencia con que la Casa Blanca manejaba los asuntos del área tropezará de ahora en más concrecientes obstáculos. Claro que la “presunción hegemónica”del imperio no se desvanecerá por la creación de esta organización, pero sus mandatos ya no tendrán el automático asentimiento delpasado cuando un úkasede Washington produjo en 1962 el destierro de Cuba del sistemainteramericano. Atilio Borón.